Tecnología INDIBA en los tratamientos de fisioterapia

El tratamiento de radiofrecuencia INDIBA ha supuesto una auténtica revolución en el campo de la fisioterapia deportiva y en el abordaje de las dolencias musculares y osteoarticulares, tanto agudas como crónicas, ya que reduce el dolor y la inflamación, al tiempo que promueve la recuperación de los tejidos.

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De ahí que cada vez más deportistas recurran a ella no solo para tratar lesiones sino también para prevenirlas, incluyendo esta terapia en su rutina de recuperación tras los entrenamientos o competiciones.

Entre las lesiones o trastornos que se pueden tratar con INDIBA se encuentran los siguientes:

  • Contracturas y desgarros musculares.
  • Esguinces y fracturas.
  • Tendinitis, fascitis, epicondilitis.
  • Sinovitis, bursitis y capsulitis.
  • Celvicalgia, dorsalgia, lumbalgia.
  • Condromalacia.
  • Artritis y osteoartritis.
  • Rehabilitación del suelo pélvico.
  • Recuperación postoperatoria.

Pero, ¿cómo funciona la tecnología INDIBA aplicada a la fisioterapia? La radiofrecuencia INDIBA utiliza energía electro-regenerativa para acelerar el proceso natural de reparación de los tejidos, reduciendo el dolor y la inflamación asociada a las lesiones. De esta manera se recupera más rápidamente la capacidad funcional, la movilidad y la elasticidad.

La terapia de radiofrecuencia INDIBA utiliza una frecuencia de 448 kHz que incrementa la temperatura de forma segura y gradual en la zona del cuerpo que se está tratando. Para ello utiliza un sistema que permite el intercambio intra y extracelular de iones con el fin de reestablecer la actividad eléctrica y el correcto funcionamiento celular. La frecuencia de 448 kHz promueve la movilización de iones, restaura la permeabilidad de la membrana celular y estimula los fibroblastos implicados en la formación de elastina y colágeno. Además, favorece la microcirculación y vasodilatación, y promueve la activación metabólica, aportando a los tejidos el oxígeno y los nutrientes que necesitan. De esta manera, la regeneración de los tejidos dañados es mucho más rápida.

El tratamiento precoz de las lesiones es fundamental para restablecer la movilidad y correcta funcionalidad de músculos y articulaciones. En este sentido, una de las principales ventajas de la terapia INDIBA es que puede aplicarse desde los primeros momentos tras la lesión, incluso en la fase más aguda, ya que es un método seguro y no invasivo.
Por otra parte, la terapia INDIBA tiene una acción térmica o atérmica que se aplica según el diagnóstico y las necesidades de cada lesión.

La acción atérmica de INDIBA genera energía de alta frecuencia capaz de modificar la permeabilidad de la membrana celular y aumentar el intercambio intra y extracelular de iones, favoreciendo la regeneración tisular, y en este caso producir un efecto antiinflamatorio.

El efecto térmico complementa la microcirculación con la bioestimulación y aporta a los tejidos los elementos necesarios para regenerarse por sí mismos. Además, la vasodilatación capilar nutre y oxigena los tejidos, mejoran la reabsorción venosa y linfática.

También es posible obtener un efecto de hipertermia, lo que incrementa enormemente el metabolismo celular y estimula el proceso de reestructuración del tejido para que pueda combatir la fibrosis que se produce tras las lesiones, incluso cuando esa fibrosis se ha producido hace tiempo y está consolidada, bien debido a un traumatismo que se produjo hace tiempo o a enfermedades como la artrosis.

Además de tratar lesiones, la terapia de radiofrecuencia INDIBA es útil en la prevención, ya que favorece una buena hidratación y vascularización y puede utilizarse integrando los movimientos deportivos durante el tratamiento. De esta manera, es posible mejorar el rendimiento deportivo sin interrumpir la actividad física, ya sea en amateurs o profesionales.

La terapia INDIBA se adapta a las necesidades de cada paciente, es segura y bien tolerada, lo que permite intensificar las sesiones y obtener beneficios a muy corto plazo. Eso sí, es importante que el especialista haga un buen diagnóstico para adaptar el programa, la intensidad y el número de sesiones. Asimismo, se deben tener en cuenta las contraindicaciones, que incluyen llevar un marcapasos u otro dispositivo electrónico, el embarazo, las heridas o quemaduras en la zona a tratar y la tromboflebitis.